El mal trato y el buen trato constituyen dos polos de un mismo eje, dos formas de construir e interiorizar valores y de relacionarnos. Ambos se generan en el adentro y en el afuera, es decir, tanto en la parte visible de nuestra existencia como en la que no lo es tanto, y se dan en todo tipo de vínculo : amoroso, amistoso, laboral, paterno/materno–filial, entre iguales... Así, afectan a tres dimensiones de nuestra vida que están interrelacionadas: la social, la de las relaciones y la personal (porque el maltrato y el “buentrato” se internalizan). Vemos el maltrato sobre todo en el afuera, en aquello que se percibe –el daño físico–, y no solemos darnos cuenta del daño interno , el que no se ve –el daño psíquico–. Sin embargo, aun siendo visible, tampoco lo percibimos tanto, porque el maltrato está “normalizado” , forma parte de la vida cotidiana y del sistema social. Las sociedades patriarcales –y la nuestra lo es aunque sea d...
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